OKR: qué es y cómo aplicar esta metodología

Equipo de trabajo definiendo los OKR para el próximo trimestre.

¿Escuchaste hablar de los OKR? Si te interesan las herramientas de productividad y nuevas formas de alcanzar tus metas, este tema te va a interesar. Porque no basta solo con tenerlas en mente: es necesario aterrizar esas metas y traducirlas en objetivos puntuales con resultados alcanzables.


En este artículo te vamos a contar qué es un OKR, ejemplos de OKR, cómo diseñarlos y de qué manera esta metodología puede ayudarte a poner foco en el rendimiento de tu negocio. ¡Tomá nota!

¿Qué es un OKR?

Un OKR es una metodología de gestión del trabajo interna que se centra en la planificación de objetivos y sus resultados clave. Consiste en recopilar esos objetivos organizando el trabajo de una empresa y contribuyendo, así, a su estrategia de crecimiento.

¿Qué significa OKR?

OKR son las siglas de Objectives and Key Results que, en español, significa “Objetivos y Resultados Clave”.

¿Quién creó los OKR?

La metodología OKR fue creada por Andrew Grove, ex CEO de Intel, en 1971 con el fin de enfocar el trabajo en los principales objetivos de la compañía.

La popularidad de este modelo es obra de Google, quien implementó esta metodología en 1999 y, desde entonces, no para de crecer.

OKR vs. KPI

Si ya estás familiarizado con la metodología de los KPI (Key Performance Indicators) o “Indicadores Clave de Performance”, quizás te estés preguntando la diferencia entre los OKR y los KPI. Vamos a descubrirla.


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¿Cuál es la diferencia entre los OKR y los KPI?

La principal diferencia es que, mientras que los KPI se enfocan en la medición de los aspectos más importantes de un negocio en el momento presente, la metodología OKR se centra en el futuro, es decir, en los objetivos que tenés que alcanzar para llegar a la meta de tu negocio.

Con los OKR tenés un plan de acción hacia adelante, no solo una fotografía del estado actual.
Si listamos las diferencias entre OKR vs. KPI en una tabla, tendríamos algo así:

OKR KPI
Se centran en el futuro Se enfocan en el presente
Impulsan objetivos para lograr los resultados planteados Miden el desempeño de colaboradores o proyectos
Son creados en equipo, usualmente en consenso Son creados por las personas líderes
de una organización

Ejemplos de OKR

Tal vez si ejemplificamos estas diferencias, los conceptos queden más claros. ¡Hagamos la prueba!

Supongamos que querés mejorar las ventas de tu tienda online. En este caso, un ejemplo de KPI sería aumentar un 20% las ventas del e-commerce en el primer trimestre del año.

En cambio, un ejemplo de OKR podría ser:

  • Objetivo > aumentar las ventas de la tienda virtual.
    • Resultado clave 1 > incrementar el ticket promedio en un 5%.
    • Resultado clave 2 > crear una campaña promocional para impulsar “x” línea de productos.
    • Resultado clave 3 > vincular la tienda con los principales marketplaces, adquiriendo nuevos canales de venta.
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¿Quedó más claro? Vamos con otro ejemplo.

Imaginate que querés hacer crecer tu comunidad en Instagram. Un ejemplo de KPI sería: incrementar un 50% el número de seguidores de Instagram en 6 meses.

En cambio, un ejemplo de OKR podría ser:

  • Objetivo > incrementar el número de seguidores de Instagram.
    • Resultado clave 1 > publicar 2 reels semanales.
    • Resultado clave 2 > promocionar una publicación cada 15 días.
    • Resultado clave 3 > lanzar una campaña de publicidad con dos influencers.
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Como podés ver, un KPI se centra en un aspecto específico y representa el resultado de un proceso que ya existe; mientras que los OKR son un “paquete” de objetivos más ambiciosos que incluyen acciones clave para llegar a la meta final.

Un equipo de cuatro personas planificando los OKR de su empresa.

Beneficios de definir un OKR

Ahora que ya sabés qué es un OKR y algunos ejemplos de OKR, veamos qué beneficios aporta esta metodología para las marcas que lo implementan:

  • Dan estructura y claridad a los planes de negocio.
  • Permiten poner foco en lo importante.
  • Fomentan la colaboración en una organización.
  • Empoderan y comprometen a los integrantes del equipo.

Analicemos cada uno de estos puntos.

Dan estructura y claridad a los planes de negocio

Como vimos en los ejemplos anteriores, un OKR no se compone de una meta en sí, sino que, a través de los resultados clave, delimita un plan de acción a seguir para alcanzar el objetivo planteado.

Permiten poner foco en lo importante

Al definir los OKR, parte del proceso de planificación es delimitar qué resultados clave son los que tendrán mayor impacto para lograr el objetivo y, así, enfocarse en esos 3 o 4 resultados. Es decir, los OKR te permiten priorizar las acciones en donde podés obtener mayor provecho.

Fomentan la colaboración en una organización

La metodología de los OKR lleva consigo un fuerte involucramiento colaborativo, teniendo como propósito que todos los integrantes de la organización (o al menos del área) colaboren en la creación de metas y la delimitación del plan de acción.

Empoderan y comprometen a los integrantes del equipo

Al trabajar en conjunto para la definición de metas, los integrantes pueden ser parte del proceso creativo, comprometiéndose con la planificación y las acciones planteadas, además de compartir las aspiraciones con otros miembros del grupo.


¡Seguí aprendiendo!

Un equipo reunido en una mesa de trabajo planificando los OKR de su empresa.

¿Cómo definir un OKR?

¿Ya te dieron ganas de implementar la metodología OKR en tu negocio? ¡Genial! Acá te compartimos una guía con 5 pasos para que puedas hacerlo.

Además, te facilitamos una plantilla gratuita para que detalles tus OKR y los gestiones desde donde estés.

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1. Definí tu meta

¿Cuál es la meta específica que querés alcanzar? En su libro High Output Management, Grove plantea que, para definir los objetivos y los resultados clave, tenés que hacerte 2 preguntas:

  1. ¿A dónde quiero ir? (la respuesta te va a guiar hacia el objetivo)
  2. ¿Cómo saber si estoy llegando ahí? (la respuesta te va a guiar hacia los resultados clave)

Si podés responder ambas preguntas, entonces la planificación va a ser más fácil. La clave está en pensar en grande. No temas ser demasiado ambicioso al crear tus objetivos: solo tenés que asegurarte de que sean medibles, limitados en el tiempo, accionables por el equipo y, sobre todo, cualitativos.

2. Establecé los resultados clave para llegar al objetivo

Ya tenés tus objetivos definidos, ahora es el momento de estructurar un plan de acción. Por cada objetivo que te hayas planteado, tenés que tener resultados clave que midan el progreso de cada uno.

Estos resultados deben ser medibles, difíciles (pero no inalcanzables) y cuantitativos. Las acciones que incluyas tienen que hacer del objetivo algo alcanzable por el equipo en un plazo definido. Evitá tener más de cinco acciones por objetivo ya que pueden desenfocar los esfuerzos de los colaboradores.

3. Determiná un método de calificación y cumplimiento

¿Cómo saber si hiciste una planificación adecuada? A través de un sistema de puntuación. La metodología OKR señala que es importante asignar una calificación numérica a cada resultado clave, variando del 0,0 al 1,0.

Sin duda, tener este sistema de evaluación te va a ayudar a analizar el progreso de cada resultado a lo largo del tiempo.

4. Realizá mediciones constantes

¿Ya tenés tus objetivos y resultados clave en marcha? Genial, ahora toca evaluarlos.
Hacé mediciones periódicas de las acciones con el sistema de puntuación que planteamos en el punto anterior.

Lo ideal es tener una media entre 0,7 y 0,8, ya que un “1” podría significar que el objetivo no es lo suficientemente ambicioso, mientras que “menos de 0,7” podría indicar que es muy difícil de alcanzar (lo cual puede llevar a reformular los resultados clave).

Lo más interesante de este método de planificación es que no se trata de objetivos que te planteás y después dejás en el aire, pero tampoco son mandamientos tallados en piedra: se trata de un sistema flexible que se adapta al equipo y a las circunstancias del negocio.

5. Medí y ajustá tus objetivos

Sí, a veces pasa que queremos llegar a la Luna sin antes haber construido un cohete espacial. Si descubrís que los OKR que definiste son o muy fáciles o muy difíciles de alcanzar, hacé los ajustes que creas necesarios.

Plantear resultados clave muy ambiciosos a veces puede jugarte en contra. Sin embargo, la metodología OKR está para ser aliada de tu negocio, no para desmotivarte o impactar negativamente en tu agilidad operativa.

Así como no son un compromiso inamovible entre el equipo y los líderes, tampoco se trata de una metodología de evaluación del desempeño de los empleados.

Los OKR parten de la idea de que el activo más valioso de una organización es su gente, por ello, no alcanzarlos no debe considerarse como una falta de rendimiento del equipo, sino como un error en la planificación de los resultados clave.


¡Listo! Ya tenés todo lo que necesitás para implementar la metodología OKR en tu negocio online y offline.

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