Benchmarking: qué es, tipos y cómo hacerlo [Incluye plantilla]
Benchmarking es una práctica que consiste en estudiar negocios exitosos —ya sean líderes de la industria o empresas destacadas en cualquier sector— para identificar qué los hace sobresalir. Se enfoca en el análisis detallado de sus productos, servicios, procesos y estrategias para detectar áreas de oportunidad y trazar un camino hacia el crecimiento.
Mantenerse a la vanguardia no es una opción, sino una necesidad. Para lograrlo, es importante observar más allá de las propias formas de operar y aprender de otros.
Aquí es donde toma relevancia el benchmarking, el análisis estratégico que permite evaluar el rendimiento de tu empresa en comparación con otros actores de tu industria, identificando buenas prácticas y áreas de mejora.
¿Cuál es la definición de benchmarking?, ¿cómo se hace? y ¿qué tipos existen? ¡Sigue leyendo! A continuación damos respuesta a estas y más preguntas para que aprendas a obtener ventajas competitivas reales a partir del éxito de los mejores.
¿Qué es benchmarking?
La definición de benchmarking se origina del término inglés benchmark, que significa “referencia”. Es el proceso de tomar como punto de referencia a los mejores en un área para estudiar sus estrategias y aplicarlas a un negocio.
El benchmarking consiste en comparar la oferta, los procesos o las estrategias de tu propia empresa con las de otras (competidores directos, empresas de otros sectores o líderes globales) que son reconocidas por su alto desempeño en esas áreas. Su objetivo es identificar oportunidades de mejora, adoptar prácticas exitosas y elevar los estándares internos.
Esto no significa copiar. El benchmarking busca detectar las brechas entre tu desempeño y el de los referentes, para luego establecer metas ambiciosas y realistas que permitan cerrar esas diferencias e impulsen la mejora continua.
Más allá de la comparación, un benchmark ayuda a comprender cómo y por qué ciertas empresas alcanzan resultados superiores.
¿Cuál es la importancia del benchmarking?
La importancia del benchmarking radica en que da la oportunidad de entender qué están haciendo bien otros negocios. Ofrece una visión clara de cómo se están desempeñando para evaluar tu propio negocio con perspectiva objetiva y adoptar buenas prácticas según tu realidad y necesidades.
¿Cuáles son los beneficios del benchmarking?
- Inspira al crecimiento de una marca u oferta: permite aprender de los aciertos de otros para definir una propuesta de valor más sólida, auténtica y competitiva.
- Mejora procesos internos: ayuda a detectar ineficiencias, cuellos de botella o áreas con margen de mejora para optimizar procesos, sin necesidad de reinventar la rueda.
- Ahorra un período de prueba y error propio: en lugar de experimentar durante meses qué funciona, el benchmarking da acceso a prácticas probadas, lo que se traduce en una curva de aprendizaje más rápida.
- Da visibilidad sobre qué cosas funcionan (y cuáles no): brinda un panorama completo sobre las estrategias, herramientas y enfoques que están dando resultados en tu sector para actuar con mayor certeza.
- Permite descubrir nuevas estrategias de negocio: abre la puerta a modelos y enfoques que quizás no habías considerado. El benchmarking proporciona ideas para innovar y adaptar tu negocio a un entorno cambiante.
- Fomenta la innovación: estimula una mentalidad más creativa y abierta al cambio. Es una práctica que rompe la rutina, desafía lo establecido e impulsa una cultura de mejora continua.
- Ayuda a utilizar con estrategia los recursos financieros: identifica qué inversiones generan resultados, lo que ayuda a evitar gastos innecesarios y a enfocar los recursos en acciones que potencien el crecimiento.
- Impacta positivamente en la satisfacción del cliente: cuando se mejoran los procesos y la oferta, el beneficiario final es tu cliente. El benchmarking contribuye a crear experiencias más alineadas con las expectativas del mercado.
¿Qué tipos de benchmarking existen?
Según sus objetivos, los tipos de benchmarking que existen son:
- Interno
- Competitivo
- Funcional
- Genérico
- Estratégico
- Colaborativo
Benchmarking interno
El objetivo de este tipo de benchmarking es comparar diferentes áreas, sucursales o unidades de negocio pertenecientes a la misma empresa para analizar los niveles de productividad o eficiencia.
Al hacer esta evaluación es posible identificar mejores prácticas internas y estandarizar procesos exitosos en toda la empresa.
Benchmarking competitivo
El benchmarking competitivo se orienta a investigar las técnicas y buenas prácticas de los negocios que se dedican al mismo rubro, es decir, la competencia.
Generalmente se ejecuta accediendo a datos públicos. Sirve para analizar qué prácticas o estrategias podrían trasladarse a las condiciones concretas de tu negocio.
Benchmarking funcional
El benchmarking funcional permite salir del rubro del negocio para conocer los procesos de empresas que pertenecen a otros sectores, pero que realizan funciones similares.
Ayuda a obtener aprendizajes y adoptar prácticas innovadoras de otras industrias —que aunque son diferentes— comparten valores y principios que justifican su incorporación.
Benchmarking genérico
En este tipo de benchmarking se comparan procesos sin importar el sector. Se enfoca en aspectos específicos de la operación, como la eficiencia en el manejo de recursos o la reducción de tiempos en la producción.
Su objetivo es identificar prácticas universales de eficiencia que puedan aplicarse en cualquier empresa, independientemente de su industria.
Benchmarking estratégico
El benchmarking estratégico se encarga de analizar las estrategias de empresas líderes —ya sea dentro o fuera de tu sector— para identificar enfoques exitosos que puedan adaptarse a tu modelo de negocio.
Va más allá de los procesos operativos: se enfoca en entender cómo otras organizaciones logran posicionarse, crecer y mantenerse relevantes en el mercado.
Benchmarking colaborativo
En este tipo de benchmarking sucede un intercambio directo de información, aprendizajes y buenas prácticas entre empresas que no se ven como competidoras directas o se encuentran en mercados distintos.
Se basa en la colaboración voluntaria y transparente entre negocios con el fin de mejorar mutuamente. Su clave está en la confianza y en el compromiso de compartir conocimientos de manera ética y profesional.
Te dejamos un resumen de los tipos de benchmarking: 👇
¿Cómo hacer un benchmarking?
Los pasos para hacer un benchmarking son:
- Planificar la acción.
- Elegir las marcas a investigar.
- Recopilar información.
- Analizar los datos y comparar.
- Identificar fortalezas y definir mejoras.
- Implementar y dar seguimiento.
1. Planificar la acción
En una primera instancia, establece qué aspecto de tu marca quieres mejorar. Decide cuáles serán las temáticas en las que deseas enfocarte en este análisis.
Puede ser que quieras mejorar la página de producto de tu e-commerce para tener más ventas (fotografías, descripciones, etc.) o entender qué buenas prácticas conviene aplicar en relación a la atención al cliente, por ejemplo.
Una vez definidos tus objetivos, selecciona las métricas que permitirán medir el progreso. Si quieres mejorar el engagement de tus redes sociales, por ejemplo, seguramente los likes, comentarios y seguidores serán buenos indicadores.
2. Elegir las marcas a investigar
Selecciona los referentes a evaluar y no te quedes con una única opción, te recomendamos al menos 3. Esta diversificación te permitirá comparar diferentes enfoques, estrategias y resultados, ofreciéndote una visión más detallada del panorama.
Recuerda que no necesariamente deben ser la competencia directa de tu negocio, ni pertenecer a tu misma industria. Lo importante es que estas empresas destaquen por su capacidad para innovar, ejecutar y lograr resultados.
3. Recopilar información
Este es uno de los pasos más críticos al hacer un benchmarking. Consiste en reunir datos relevantes y precisos sobre las prácticas, resultados y estrategias de las empresas seleccionadas como referencia. Entre ellos:
- Datos cuantitativos: tiempos de producción, niveles de satisfacción del cliente, costos operativos, etc.
- Datos cualitativos: enfoques de liderazgo, cultura organizacional, estrategias de atención al cliente, etc.
La información se puede obtener de: informes públicos, estudios de mercado, entrevistas, encuestas, visitas a empresas, análisis de páginas web, participación en ferias del sector, etc.
4. Analizar los datos y comparar
En este paso es necesario realizar un análisis profundo y relacionado a tu negocio. Implica interpretar la información obtenida para identificar diferencias entre tus resultados y los de las empresas de referencia.
El análisis debe enfocarse en responder preguntas como:
- ¿Qué están haciendo mejor otras organizaciones?
- ¿En qué áreas estamos por debajo del estándar?
- ¿Cuáles son las prácticas que generan los mejores resultados?
- ¿Qué factores podrían estar influyendo en esas diferencias?
- ¿Qué recursos están utilizando que nosotros aún no aprovechamos?
- ¿Qué tecnologías, metodologías o herramientas están aplicando con éxito?
- ¿Qué elementos de su cultura organizacional influyen en su desempeño?
- ¿Cuáles de sus estrategias son viables de adaptar a nuestro contexto?
- ¿Qué tan lejos estamos del desempeño óptimo del mercado?
- ¿Qué beneficios podríamos obtener si igualamos o superamos los estándares?
5. Identificar fortalezas y definir mejoras
En este paso debes identificar las fortalezas que pueden ser potenciadas y definir las áreas que necesitan mejoras concretas.
Después, transforma la información en un plan de acción con métricas, tareas, pasos, recursos responsables y fechas para que el benchmarking no se convierta solo en una reflexión sin resultados concretos.
Aquí es fundamental priorizar: no se trata de cambiarlo todo, sino de enfocar los esfuerzos en aquellas áreas donde el impacto será mayor.
6. Implementar y dar seguimiento
Llegó el momento de poner en marcha el plan de mejora. Esto puede incluir cambios en procesos, herramientas, capacitación del equipo o rediseño de estrategias.
Pero la implementación no es suficiente por sí sola. Para que el benchmarking tenga un impacto sostenible, es esencial realizar un seguimiento continuo. Esto incluye:
- Medir los resultados obtenidos.
- Comparar el antes y el después.
- Ajustar el rumbo si es necesario.
🔎 Conoce casos prácticos: Ejemplos de benchmarking empresarial y tips para hacer uno
¡No olvides ningún paso! Acá te dejamos nuevamente el proceso:
Errores comunes al hacer un benchmarking
Durante el proceso para hacer un benchmarking es posible que se presenten ciertos desafíos que dificulten su ejecución exitosa. Algunos son:
- Compararse con empresas no representativas: cuando se evalúan negocios que no comparten características similares, los resultados son poco realistas.
- Ignorar las diferencias culturales: si se realiza un benchmarking con empresas internacionales, es necesario considerar las diferencias culturales y de mercado porque las prácticas que funcionan en un país no siempre son adecuadas para otro.
- Depender del benchmarking: si bien el benchmarking es una herramienta valiosa, no debe ser el único medio de mejora. Es fundamental complementarlo con otras estrategias como: análisis FODA, PESTEL, estudio de mercado, etc.
- Descuidar la participación del equipo interno: implementar mejoras sin involucrar a los equipos responsables genera resistencia al cambio. El benchmarking debe ser un proceso colaborativo, donde las personas comprendan los objetivos y participen.
En el entorno empresarial suceden constantes cambios, surgen nuevas herramientas, aparecen más jugadores y hasta el comportamiento de los clientes cambia. Por eso, es vital adoptar el hábito de mejorar constantemente.
Independientemente de lo que desees mejorar en tu negocio, el benchmarking te ofrece un punto de partida: una referencia para inspirarte y adaptar a tu realidad.
Ahora que sabes cómo hacerlo, prepárate para innovar con propósito y fortalecer tu posición en el mercado. Empieza hoy descargando gratis esta ➡️ plantilla gratuita para hacer un benchmarking. 📝
